miércoles, 3 de junio de 2009

Cuidado con lo que deseas...

Hubo una vez un gran país… donde las oportunidades para cualquiera que tuviera iniciativa y un poco de capital, estaban a flor de tierra. Un país donde el progreso era la constante, donde los ciudadanos gozaban del bienestar que el gobierno otorgaba aplicando la ley letra por letra, con la seguridad pública como prioridad. Un país donde la alta cultura y el refinamiento eran artículos de primera necesidad. Donde el respeto a los bienes y la propiedad privada se daba conforme al estado de derecho. Un país donde los problemas laborales eran prácticamente inexistentes. Donde las opiniones divergentes eran cosa de personajillos hostiles y dementes…


Un país donde puntualmente, cada 4 años, se organizaban elecciones democráticas y el voto en las urnas elegía quien gobernaba. País donde la alternancia era deseada y celebrada. Un país respetado, apoyado y celebrado por la comunidad internacional…


Un país donde todos los relojes funcionaban al unísono… hasta que un día, de repente... todas las manecillas dejaron de avanzar...


En ese país, aquella época dorada es recordada con el nombre de su arquitecto… aquellos tiempos se conocen como el Porfiriato.