jueves, 2 de diciembre de 2010

TERCIOPELO VOLCANICO

TERCIOPELOVOLCANICO

El nudo virgen de la página

Suspirante de mármol

Que con el martillo tocó el piano

De la obsesión.

Éxtasis de la lengua amante

¡Humecta la inocencia de 5 años!

El maremoto de su carne

Sudaba granizo

Polvo por conservación

Corrosión a bocanadas

Mascara de vísceras

Vibración del hombre

Dentro de tu aliento

De estatua-espejismo

Floreciendo a ráfagas

De fresca y sombra sangre

Virgen ahogada a bramidos


(Cut-up al portal de http://trizaleja.blogspot.com/. Si no le gustó, reclámele a ella)

martes, 9 de noviembre de 2010

Yeso

Para aquel, que supo lo que es querer renunciar… y no lo hizo…
Para los amigos… sólo aquellos entenderán el chiste tonto.



"Podría ser peor..."
Z

“¿Cómo sabe usted todo eso, acerca de ese otro mundo?”
P. K. Dick



No me tomó por sorpresa cuando dijo “nos vamos de putas a Bangkok”. No fue sugerencia, ni pregunta, aunque tampoco una orden; simplemente fue una afirmación, un hecho consumado. Como si siempre hubiese estado en el itinerario de la gira. Sin embargo, como repito, no me pareció fuera de lugar. Era algo común, que marcaba su carácter; que llevaba en la sangre. Sus genes están impregnados de un hastío acumulado generación tras generación, siempre en busca de ser saciado por la siguiente emoción fuerte. Era fácil deducir de donde venia aquella avalancha hedonista después de conocer y entender su historia genealogía: un linaje ininterrumpido de genios desquiciados, siempre tensando los límites, forzando el non plus ultra, hasta que el exceso reventaba y arrasaba con todo, cual dique, presa rota . Uno tras otro, cayendo desde muy, pero muy alto, con las alas derretidas, fundidos. Por eso no me extrañan los estrafalarios rumores sobre el paradero de la tía Alexa. A estas alturas no resultaría extraño que estuviera recluida en un manicomio de Marruecos, en una “villa de descanso” suiza, o en un ala industrial abandonada de la ciudad de México. Aunque a veces resultan claras exageraciones. Sobre todo si se escuchan sus trabajos recientes. Ahora que estoy aquí, postrado sin poder caminar, he tenido tiempo de escuchar completos los últimos discos que ha producido. Suenan cada vez más nítidos. Tanto, que casi duelen.

En este estado de semilucidez que provocan los analgésicos, no me resulta difícil imaginar a la vieja Alexa en trance, pálida y ojerosa, murmurando muy bajo y con los dedos crispados, conectando cables, graduando perillas, presionan botones, programando febrilmente consolas y compresores; rodeada de maquinas, de entre las cuales, destaca el sintetizador Moog del Viejo. Dicen que sigue utilizándolo para agregar uno o dos sonidos en cada producción, como forma de amuleto; una especie de ritual en su mitología personal, un tributo para mantener vivo al Viejo a través de su legendario sintetizador: esa reluciente máquina negra y plateada de cuatro paneles de madera, repleta de números y letras borrosas; esquemas que marcan un sinfín de perillas, plugs y jacks, para sintetizar un infinito numero de sonidos. El mismo que dicen que Bob Moog le regaló al Viejo, aquella vez en terminaron hasta la madre en un pent-house de Nueva York; bebiendo vodka pura, junto con León Theremen recitando a Maikovsky... o así lo cuentan, ¿quién sabe? Cada nueva generación de esa familia ha ido esculpiendo una parte de la leyenda que, ahora, resulta inexpugnable, monstruosa, desentrañable.

Al final de casi todas las juergas que llegamos a correr juntos, ella terminaba contando algún par de aquellas alucinantes anécdotas repletas de celebridades, estupefacientes y frenesí; todo tejido por el hilo conductor de la música; claro que a causa del alcohol y las kanphetaminas su relato siempre era como un mantra interminable, hilvanado con un sinnúmero de detalles incierto que formaban una vasta red imposible de desentrañar… hasta que por fin terminaba por dormirse con la botella, casi vacía, entre los dedos y el regazo… de igual forma que ahora lo hago yo, al rememorar y repasar los detalles y pequeñas circunstancias que me han postrado en esta cama, hasta terminar durmiendo al despuntar los rojos y filosos amaneceres, en este cartucho alquilado.


Si las anécdotas eran nebulosas, los orígenes eran casi abisales: nadie puede asegurar concretamente, cómo fue que el fundador de aquella dinastía, el Viejo, Juan García Esquivel, terminó casándose con la Pinal. Con aquello de “hay cosas que Silvia hizo, y que yo no hubiera hecho jamás”, Lilia Prado daba un amplio rango de interpretación. Algunos dicen que fue por el dinero, aquel con el cual Esquivel termino financiando las últimas tres películas de Buñuel en México y en las que la Pinal se “consagró”. Aquellos filmes a los que he vuelto en la convalecencia; mi favorito es la de “Los Náufragos”, aquella donde un grupo de burgueses son incapaces de salir de su propia mansión. El final es intoxicante: la Pinal logra recordar la combinación de cables y perillas del mentado sintetizador Moog. Conecta, desconecta, mueve perillas, presiona una tecla y el sonido que surge maravillan y desaletarga a los burgueses que logran escapar de la prisión metafísica en que se había transformado su propia casa… escapando de sí mismos, de su prisión personal, pero solo para caer en una nueva prisión. Por algo bautizamos la gira “Naufragio” (sí, por algo…):


Siempre haciendo tributos, mezclando referencias y guiños, así entendemos esto: como un telar por el cual puede pasar cualquier cabo suelto para entrelazarse en complicados patrones; pero siempre por una u otra razón y camino, se mantiene atado con todo lo demás… hasta cuando se rasga el velo… Ahora la gira queda inconclusa, al menos para mí… y para ella… hoy por hoy, no sé nada de su paradero. Lo último que supe fue que estuvo algunas horas en la sala de espera del hospital, la vertiginosa noche del accidente. Si el delirio del opio y la anestesia no me engaña creo recordar su silueta, como contemplándome desde el umbral de la puerta del pabellón. Al amanecer había desaparecido. El alba oriental la había evaporado. Sólo los primeros días esperé su visita, o para ser más franco, rápidamente me resigne a su ausencia. Sabía que no volvería… como buena hedonista, el dolor la ahuyenta, y no por maldad o indiferencia, simplemente el dolor ajeno es algo con lo que no sabe, no puede lidiar; no lo comprende. Y así, termina escapando de la confusión que su propia incomprensión le provoca.


Pero como decía: La combinación Esquivel-Pinal fue dinamita. Él tenía el talento y la visión, ella los contactos y la falta de escrúpulos. Pronto lograron proyectarse a lo grande. Por su parte, la Pinal, al acompañar en sus giras a Esquivel, fue conociendo más y más gente. Así fue como se involucraría con el grupo Fluxus. Tanto, que incluso llego a hacer algunos happenings en el bosque de Chapultepec, los cuales eran transmitidos en vivo en Siempre en Domingo: “Ah, que muchacha tan ocurrente esta Silvia” decía Raúl Velasco al presentar ante millones de espectadores a Silvia Pinal con mirada vidriosa y perdida en medio del trance de sus performances maratónicos.


A la gente le gustó. Por aquella época fue cuando les dieron el programa de televisión donde presentaban nuevos talentos, y a veces, Esquivel tocaba con la orquesta eléctrica mientras Silvia se aventaba alguna canción en sánscrito… cosas de la época. Era cuando la televisión comenzó a llenarse de performance y música experimental. Cuando Jodorowsky estrenó las primeras telenovelas pánicas.

Duraría poco. La prohibición gubernamental, después de lo de Avandaro, fue rigurosa. Aunque para entonces Esquivel ya era conocido en el planeta y todo mundo quería trabajar con él. Mientras tanto la hija mayor del clan, Silvia Pasquivel (como se hacía llamar) había comenzado a castigar el dichoso Moog Negro.

Eran tiempos difíciles para todos. Las películas experimentales de la Pinal fueron prohibidas (aunque las juventudes del 68 las proyectaban clandestinamente). Entonces, la primogénita Pasquivel, aleccionada por su padre y financiada por su madre, comenzó a moverse en el único lugar donde podía escucharse música decente: los hoyos funki.


Ahí surgió la ola eléctrica. Mi padre contaba historias alucinantes de aquella época. Las tocadas en Balderas, Iztapalapa y Neza. Me mostraba los vinilos de un montón de grupos chidos: Los Bugs-Bugs, Sinte Blanco, Incon-form, La Onda Sinoidal, la Orquesta Gruexxxa, los Pandemonium Longe… pura pesadez:


Tocadas donde había madrazos seguros. En garitos a la orilla de la civilización, exiliados en el anillo de miseria de la ciudad de México. Duelos donde cada músico acribillaba a las legiones de greñudos con sus sintetizadores mal afinados. Ordaz de cabrones con pantalones de mezclilla, huaraches o botas, y poco que perder. Era épocas duras… y las hijas mayores del Clan, Silvia y Viridiana supieron financiar aquella guerra de guerrillas sónicas. Tanto así que terminaron quedándose a vivir en algún rincón perdido del oriente de la Ciudad, manteniéndose cerca del vórtice. Ahí alcanzaría la decadencia a las hermanas Esquivel-Pinal. Ahí Pasquivel terminaría dando a luz a ella, a Stephany; Viridiana moriría temprana, inútil, misteriosamente, como solamente les está permitido fenecer a los idiotas-iluminados.


Desde entonces la tragedia parece irradiar de las mujeres de esa familia.


A veces, al despertar al atardecer, no recuerdo donde estoy. Lentamente la luz amarilla de la ciudad, el ruido de la lengua tailandesa, y el olor a glutamato monozódico me hace vacilar al no poder recordar donde estoy. Me muevo y siento el dolor punzante en la pierna derecha… de repente recuerdo y me siento ligeramente estafado… como si ella me hubiese conducido, lentamente, sin ruido, al abismo de la estupidez donde se fracturan los sueños... las esperanzas, donde las ansias de placer son aplastadas…


Supongo que así era cada amanecer para los patriarcas del Clan en la siguiente década. Para entonces, la dupla Esquivel-Pinal se había disuelto y la precipitada combustión de las hermanas mayores hubiera supuesto el fin de la dinastía. Sin embargo, aquella familia quebrada dejó como saldo un par de adolecentes resentidos y con ganas de incendiar el mundo: Alejandra y Juan Luis Esquivel.


Alexa E y Esquivel II, como son mejor conocidos por la gente que los admira hasta la saciedad, fueron engendrados y luego educados en medio del ruido y la locura. Precoces músicos concretos, adolecentes furibundos dedicados al ruido blanco, a los sonidos industriales y al ambient asfixiante. El fin de los tiempos los pesco en plenos 16. La madre no pudo contenerlos y solo pudo patrocinarlos: Amén por el dinero del Clan que sigue fluyendo a los fértiles campos del arte demente y malvado.


Para principio de los 90 ya eran músicos respetados en el oscuro ambiente post industrial internacional, compuesto por conciertos clandestinos, cintas pirata, fanzines agresivos y video-sesiones en vivo de harshnoise. Fue en el 94 que fundaron el gran sello: Ruido Negro.


La base del nuevo renacimiento, donde comenzaron a fichar las grandes leyendas de los últimos 15 años. El sello que dio vida a la nueva escena, de cobertura trasnacional, pero que se gestaba en los encarnados subterráneos de la Ciudad. Entre tocadas masivas que terminaban con redadas de granaderos. En garajes, en parques, en estacionamientos. Con cintas piratas repartidas en los tianguis bajo riesgo de detención. La ciudad se fue impregnando de aquellos sonidos electrónicos, de aquella rabia, de aquel alarido electrónico; y fue esa ciudad impregnada de fuego invisible, la que me sorprendió al principio de la adolescencia. En esa misma ciudad donde conocí a los viejos amigos, los que ahora también están de gira, en algún lugar del Pacifico, Europa central, Asía menor. No sé, a ratos pierdo la pista. Lo ultimo que supe es que Paraíso está en Paris, Trasgo en Barcelona, el buen R'lyeh en algún lugar del Pacifico, o en Berlín, o en Sudáfrica… yo que sé… se supone que terminando la gira en Japón , nos encontraríamos en Colonia… todos… ella y yo llegaríamos primero, para preparar el gran encuentro …


Ella, Estefanía Akita Esquivel, Akita-E, StephanE, nieta menor del clan, a la que conocí en la universidad, con la que departimos en la miseria, antes del éxito, antes de las giras, en el puro deleite del ruido. La que saqueó las arcas para montar y financiar Xpresso-Nova, heroico colectivo, sello, embarcación ebria al principio de siglo. Honor al Clan, continuidad al ruido. O al menos con esa rimbombancia se presentaría ella misma…


Los discos, los editamos… la nueva escena, la construimos; la tía, Alexa E, montó el estudio, nos produjo… los patriarcas nos bendijeron desde su decadencia… ganamos altura… escapamos… la gira, la noche, las drogas, la sorpresa, el dolor, el hospital, el miedo… el hastío…


Ahora… varado en Bangkok, con la pierna derecha inútil, escasamente financiado (los fondos de Xpresso Nova son limitados… y tiene meses que sospecho que hay una mano amiga en cada giro postal…) comiendo forzadamente esa basura saturada de glutamato monosódico; mirando mecánicamente aquellos canales especializados en películas de bollywood-terror subtituladas en tailandés. A veces despierto por el ruido imaginario de la cerradura de la puerta que se abre y deja en su lugar la amable silueta que vi en el umbral del pabellón de fracturas. Las noches son cálidas, muy, muy cálidas… este cuartucho de estudiante, lo mejor que pude encontrar para disimular mi derrota ante una noche de alcohol, opio y putas, es propenso a ese tipo de confusiones… a veces también duermo, apenas entrada la madrugada, y despierto una o dos horas después, sudando, mirando a la oscuridad… sintiéndome extraño, con los ojos aún fijos en ese extraño sueño, donde me encuentro muy lejos de Bangkok, en otro lugar, (¿el viejo terruño?) con la pierna izquierda inútil, bajo otro tipo de desesperación, tal vez más elemental… sin está soledad especifica, pero con otra del mismo calibre… a punto de quebrarme ante la presión, la frustración, el odio, la locura, el amor enfermo, la ira, la auto-condescendencia …


Y así me quedo, mirando a la oscuridad, hasta que la parálisis del miedo a la locura sede paso a la anestesia del olvido…



Dr. Malavibra
Enero-Mayo. 2010





lunes, 2 de agosto de 2010

Amén


"Si en unos años no se puede pasear de noche, si este país se convierte en el paraíso de la violencia, todos seremos culpables. ¿Cómo es posible tanta impunidad, tanto abuso? Y yo aquí, chillando en vez de dar la batalla."

***

"Van a ganar pura verga, antes de que este país se haga socialista o comunista o lo que sea, te apuesto mis huevos a que todos se hacen narcos como yo, la raza no quiere tierras, Chato, ni fábricas, ni madres: la raza quiere billetes, quiere jalar la bofa y andar en carros como éste, ¿a poco no?, la raza quiere pistear y andar en el refuego, estás perdiendo el tiempo vilmente..."


Dialogo entre sinaloenses, en algún
momento del principio de la década de los 70.

en El Amante de Janis Joplin
de Élmer Mendoza

viernes, 30 de julio de 2010

Amén

Toda poesía que se precie

Es siempre poesía de la experiencia

Donde tus heridas interiores

Manchan / incendian hasta el pantalón más simbólico


de Vladimir Mayakovski

lunes, 26 de julio de 2010

He visto a las mejores mentes de mi generación destruidas por Google (mención honorífica)

Este texto fue publicado a principios del año pasado en este mismísimo y atildado blog. En su momento nos ufanamos de tener la primera versión al español, por lo menos en internet, de esta pesadillesca obra de nuestro admirado Bruce Sterling. Recién, ávidos de marmaja pa’ la beberecua (como diría el ínclito Zenova) y algo de liquidez para seguir pagando nuestro violentísimo y suntuoso tren de vida (plagado de tacos al pastor con queso y cuartos de hotel con espejos en el techo), la traducción fue enviada a competir en el concurso en la revista de universitaria “Punto de partida”.
Las sabias Moiras decidieron que nuestra prostitución intelectual no da para ninguno de los dos primeros lugares. Sin embargo, no nos dejaron en el desamparo, y como en buena y cruel broma aristofánica, decidieron herirnos pero no rematarnos, dándonos falsas esperanzas para seguir desangrándonos lenta y alegremente en este truculento sino llamado literatura. Así, la revista honró nuestra traducción con algo que llamaremos “no-premio”: Una mención honorífica que convierte a este blog en un picadero de “no-perdedores”. Cosa por demás honorable y que agradecemos profundamente, considerando lo paupérrimo de la estofa de quienes aquí publican.
Con alegría volvemos a exhibir el texto sterliniano y enviamos un afectuoso saludo a aquellos (como dijimos la primera vez que fue publicado) que después de leerlo, o releerlo, no refrenarán las ganas de desenchufar la computadora y salir corriendo a la calle a encontrase con su destino…

El dos veces H. Dr. Malavibra


***
He visto a las mejores mentes de mi generación destruidas por Google

por Bruce Sterling

(Traducción por Dr. Malavibra)


Los Ángeles. 2026.

Atraparon a Ted por hacer graffitti. Perder a Ted fue un terrible revés ya que él era el único en nuestra pandilla que sabía cómo robar latas de pintura en aerosol. Por ser considerado un potente instrumento de conexión social entre adolescentes, las latas de aerosol están catalogadas como “altamente susceptibles de abuso”. Pero la pintura en aerosol es una de las tantas cosas que los adolescentes no podemos comprar, como pistolas, anticonceptivos, alcohol, cigarros y música con groserías.

Me he esforzado mucho para poder comprar otra lata. Soy poeta urbano, o al menos eso intento. Fui al centro comercial disfrazado con un traje de papá y dinero en la mano. Las latas de pintura de aerosol son baratas. Hermosa pintura de colores, pidiendo a gritos ser rociada en algún lugar público donde todo mundo podrá mirar lo que hay dentro de nuestras mentes. La tienda no quiso venderme la lata. El Sistema de Comercio Electrónico simplemente no permitió la transacción. La pantalla se tornó gris y así permaneció, gris.

Esa espeluznante “restricción selectiva” asegura ahorrarle un montón de problemas a los adultos. Crecientes pedazos del mundo son simplemente… proscritos mágicamente. Es un extraño nuevo régimen donde todos los mercados y todas las escuelas y todos los autobuses y trenes y jets son etiquetados y rastreados y ambientados y controlados, ubicuos y geo-localizables… Dios Santo ¡amo esas palabras!... ¿Qué estaba diciendo?

Ah, sí. Los adolescentes vivimos en “espacios controlados”. Marcas de identificación en radio-frecuencia, sistemas de ubicación en tiempo real, sistema de localizamiento global, puertas inteligentes, cámaras de seguridad. Ellos nos protegen a nosotros los niños, de la imaginaria mafia de depredadores-terroristas-narcotraficantes-satánicos. Estamos “seguros”. Somos delincuentes juveniles en cuyos bolsillos hay teléfonos-niñera siempre encendidos. No hay forma de apagarlos. La Internet fue diseñada sin botón de “apagado”.

Y mi buen socio Ted, quien estúpidamente amaba rayar su propio nombre en los muros, fue enviado a la escuela correccional, donde la seguridad es demencialmente buena. En cuanto a mí, soy más inteligente que Ted, pero sin sus habilidades para conseguir latas de pintura en aerosol, las palabras del profeta desaparecerán de los muros del Metro. Por no mencionar mi cruzada para cubrir la ciudad con esténciles de los rostros de mis estrellas-pop favoritas: George Orwell y Aldous Huxley.

Y Shakespeare. Yo solía odiar a Shakespeare debido a que los maestros gustaban de plantarnos frente a las terminales con webcam, encender las lecciones de Shakespeare y salir del aula. Pero entonces, de alguna forma, nos presentaron Macbeth, una obra que actualmente TIENE QUE VER con nosotros. Los adultos no entienden (o de lo contrario no lo enseñarían) que Macbeth es una auténtica historia de mi generación. El mundo de Macbeth es el lugar donde vivimos los adolescentes. Piensa en esto: ¿no es cierto que esas “Tres Hermanas Fatídicas” que misteriosamente saben todo, pueden adivinar todas las cosas, instantáneamente, son como Gloogle? Aún más, ¿no es cierto que esas brujas pueden hacer que todo suene realmente genial, y sin embargo en la vida real, todo termina apestando? Bueno, esas “Tres Hermanas Fatídicas” son la “Internet de las Cosas”, ellas son la “Computación Ubicua”, ellas son los “Ambientes de Hallabilidad”. La verdad está escrita sobre la página (o en la pantalla, porque mi escuela no puede permitirse darnos “paginas”). Simplemente con leer esa asombrosa parte donde las brujas están hirviendo y preparando un seudocódigo en su caldero. ¡Ellas hablan como diseñadores informáticos!

Macbeth se la pasa incomodando a todos viendo fantasmas y cuchillos de realidad-virtual. Eso seguro tiene sentido. Todos los días de mí vida veo gente con teléfonos celulares gritando escalofriantes incoherencias en público. ¡El mundo de Macbeth es angustioso y paranoico! ¡No puedes tener un minuto de privacidad, ni siquiera dentro de tu propia cama!

Cuando presenté un ensayo sobre Macbeth en mi clase de literatura, inmediatamente todos los chicos estuvieron de acuerdo conmigo. No soy el tipo más popular de la escuela, pero ellos comenzaron a APLAUDIRME. Y Debbie, esa extraña chica gótica en mi clase, se identificó con Lady Macbeth… Después de escuchar mi reporte, Debbie caminó como sonámbula fuera del salón y simuló que se colgaba. Obviamente, las alarmas de los protocolos de suicidio-adolescente saltaron alrededor de Debbie inmediatamente. Debbie rompió las reglas del software, y ahora está completamente frita, al igual que Ted.

Mi papá –él todavía vive, aparentemente– me mando un correo electrónico desde China diciendo que yo debería “reclutar” a Debbie en las “dinámicas de producción de identidad online de mi grupo social”. Mi papá dice cosas como esa todo el tiempo. No he visto a mi papá cara a cara desde hace seis años. Mira: Soy un tipo de 17 años ¿bien? No quiero mandarle a Debbie algunas notitas electrónicas y un video digital. ¡Quiero ver a Debbie afuera! ¡Quizá pudimos habernos liberado de la ropa! Pero al parecer no hay ningún “afuera” ni para mí, ni para Debbie. Tampoco hay ningún “liberar”.

Muy bien, lo admito: Debbie está loca. El hecho de que Debbie realmente me guste, es una prueba irrefutable de ello. Debbie ACEPTA ese enfermo estado de la realidad. Ella lo ABRAZA y lo adopta. Estamos condenados.

Imagina que Debbie y yo salimos juntos alguna vez. Buscamos contactar con nuestro grupo de adolescentes. Para sobresalir necesito saber qué es lo que está en onda y que es lo rebelde, y Debbie necesita saber qué es lo que otras ciber-góticas están vistiendo ¿Parece razonable? ¡No!

No es que no podamos hacerlo. Es que todas nuestras relaciones sociales se han concretado a esa raquítica intensidad. ¡Están digitalizadas! ¡Y los aparatos de comunicación y los programas que persistentemente nos van acorralando son fabricados y poseídos por malvados, viejos y ricos ejecutivos y sus corporaciones! ¡Los sistemas de redes sociales no son de adolescentes! Esas maquinas están ¡MATANDO NUESTRAS ALMAS METODICAMENTE! Si tú eliminas los muros-graffiteados (con buena y vieja pintura en aerosol) nosotros no tenemos ningún medio donde expresarnos espontáneamente. No podremos “encontrarnos a nosotros mismos” (aunque los mercados ya nos han encontrado y ubicado con tachuelas en sus mapas de venta).

En el centro comercial, se nos inundan con datos locativos. Si Debbie y yo tratamos de husmear por ahí, buscando un lugar para besarnos, los carruseles de circuito cerrado giraran hacia donde estamos. Entonces un policía privado hace su aparición. ¿Qué sigue? “¿Qué te parece si vamos a besarnos a un parque? ¡Pero si no hay ninguno!, fueron rastreados con los satélites y suprimidos con los Google Maps”.

Muy bien, lo sé: Sueno bastante depresivo. Nosotros los poetas adolescentes nos deprimimos fácilmente. ¿Sabes qué es lo que me dicen cada vez que comienzo a despotricar sobre esto? “Consigue un hobby ¡juega videojuegos de fantasía! ¡Esos si están permitidos!” ¡Uy, gracias! Cuando yo era bebé mi mamá me dejaba caer de cabeza para poder jugar Wonder-World of Witchcraft. Sé muy bien a dónde conduce esta historia. Si “la religión es el opio de los pueblos”, entonces los alienantes mundos virtuales en 3D para multijugadores, son lo más duro y puro de la heroína afgana. Mi madre nunca volverá a ser parte de la fuerza laboral. Esta demasiado ocupada entrenándose a sí misma para convertirse en una Reina-Ultra-Elfo-Tolkien-Fantástica-Super-Masónica Nivel 146. ¡Como si eso ayudara! Mira: Puedo mostrarte el rango que ha alcanzado mi madre en su videojuego, ahí a la derecha de la pantalla: Mi madre es una Reina Elfo con Cheque de Desempleo. (CR)(Error de sistema)(Reinicio Total).

Debbie: ¿Por qué vuelves a buscarme, cuando sabes lo difícil que es para mí? ¿Por qué te conectas y me enlazas? ¿Por qué con tu teléfono? ¿Y por qué, por qué, por qué, me escribes ridículas notas en papel? Estoy enfermo de ti Debbie. ¿Por qué, por qué me hieres? Es simplemente para ver las cosas que tu sabes que estoy escribiendo de ti…

Debbie, tú crees en nosotros. Tú piensas que somos el futuro.

Soy miserablemente feliz, justo en este instante.

martes, 20 de julio de 2010

Amén

“Y luego llega un mamón antropólogo francés y dice ‘¡C’est maravilleux, le magique mexicaine!’ ¡Mis ovarios! ¿Dónde está lo maravilloso en que el puto de Kafka sea el papacito del poder judicial? Todo es absurdo”.


En Desvanecidos Difuntos

De Paco Ignacio Taibo II


viernes, 16 de julio de 2010

Pank's Not Dead

La directora del Instituto de la Mujer Guanajuatense, Luz María Ramírez Villalpando,
nos recordó algo muy cierto, "los tatuajes y perforaciones son un claro ejemplo de la pérdida de valores..."

Le doy toda la razón. SUS valores están perdidos.

Por mi parte estoy feliz de no encontrarlos... y de no vivir en el siglo XVI.

¡Hasta la vista Santo Oficio!