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viernes, 5 de febrero de 2010

Película "2033" (o de cuando el Osito Bimbo le entró al cine)

Imagine como sería un capítulo de los Supersónicos salido de la mente del difunto Carlos Abascal, protagonizado por el grupo teatral de cualquier parroquia de los altos de Jalisco, con los mismos productores de la Rosa de Guadalupe, dirigido en plena borrachera por Emilio Gonzales Márquez, generosamente financiado con “donativos” del gobierno de Jalisco, y con todas las facilidades publicitarias que Norberto Rivera pueda ofrecer: y aun así, sería incapaz de dilucidar lo aberrante de la película 2033.

Con una premisa hilarante (“para salvar de la alienación a las masas, hay que darles religión”), 2033 no es más que un mamotreto manufacturado con toda la manipulación, doble discurso, paranoia, fanatismo, y terror mocho que pueda surgir de lo más oscuro de los pechos piadosos de la derecha mexicana.

Una historia que va del cinismo discursivo hasta rayar en la esquizofrenia moral, donde los ultra-mochos( que son los buenos) son los encargados de conservar bibliotecas clandestinas y que a su vez luchan por derrocar un gobierno de empresarios y militares ultraprivilegiados (¿!¡?). Como imaginar a las juventudes del Yunque luchando contra Grupo Bimbo. Una víbora que se muerde la cola hasta desaparecer.

Y si por sí mismo el argumento no bastara para ponerse a llorar de puritita frustración, la manufactura es un triste ejemplo de cómo hacer del cine mexicano un pozo sin fondo aun más ancho: las actuaciones son tan malas como las de cualquier videohome creando un sinfín de momentos de humor involuntario, como aquel donde los "buenos escapan de los malos" por un conducto para tirar la basura, o logran salir de la cárcel cuando uno de ellos se disfraza de carcelero. Un compendio de lugares comunes y escenas larimosas al más puro estilo telenovelesco, sin contar el sinfin de arengas estilo cura de pueblo o moralejas de padrino de anexo. Y eso sin hablar de la pirotecnia visual, sobrecargada y kitsch (apantallapendejos, pues...) con la que se pretende ocultar las apabullantes deficiencias cinematográficas. La vieja estrategia para que los novatos salgan del cine diciendo "pues es una chingadera... ¡pero que buena foto maestro!"

Lo peor es la campaña mediática. Porque digo, cada quien es libre de tirar sus dinero a la basura como le venga en gana, incluso si es en un engendro tan insustancial como este film, pero de ahí a que se engañe al público y se le venda un producto con bombo y platillo como Ciencia Ficción Mexicana y resulte ser un sermón de dos horas de Onésimo Cepeda es algo que no tiene madre... ni ética.

Indignante ver como los responsables de dicho esperpento andan por ahí dándoselas de cineastas pioneros e incluso de progresistas y críticos, cuando en realidad su film no es más
que un pastiche propagandístico financiado por la familia Servitje(dueños de Bimbo y defensores de los curas coge-niños…) ahh porque por cierto, el nombre completo de Chisco, el novel director de dicha peli es Francisco Laresgoiti Servitje y hasta se le puede encontrar en las listas de Consejeros Suplentes de Grupo Bimbo. Con que no se les ocurra hacer cine infantil, porque si no, ni para donde correr (imaginense una película para niños donde Marcial Maciel resulte ser un hada madrina... escalofriante).

PD.
La puritita conspiración yunkista… que futuro ni que nada… el presente con estos cabrones sí que dan miedo.