miércoles, 22 de octubre de 2008

Republica cuadrupeda

Se necesita un alto grado de insubstancialidad para ser un televidente adecuado. Por esa razón lance mi televisor desde la ventana y el gato al que le cayo se puso furioso. Subi furioso a mi cuarto amenazando con demandarme por la vía legal gatuna, el derecho animal y me lanzo la mas sepulcral de las amenazas al intimidarme con la sociedad secreta de los gatos que viven en el lado opuesto del espejo. Jamas le creí del todo, los felinos siempre alardean de mas , hasta que me di cuenta que mi casa se empezaba a llenar de pelos, el grifo escurría maullidos , y por la noche se veían luces diminutas donde se supone esta la pared. Comencé a asustarme y tuve que tomar decisiones drásticas y concretas, alguien tenia que tomar el mando sobre mis miedos y creí que debía ser yo, así que hice lo mas adecuado posible: comprar un perro.
Era un cánido de tamaño regular, sin ninguna clase o amaneramiento, igual que yo, pero tenia la única característica valida, comía gatos, bueno no los comía comía , pero los dejaba bien masticados. Creí que el problema había sido solucionado, los problemas se fueron, no mas pelos o llamados felinos, pero si alguna vez han tratado de componer algo en la casa, sabrán que siempre hay algo mas que se descompone,...es perro tenia un precio. Lo note cuando era muy tarde; el cabrón se había terminado mi deposito de mezcal, la reserva de tinto de mercadillo, un paquete oreganario de la época del bachillerato, y encima se pasoneo con el gas de la estufa. Lo sabia disimular bien, era por eso que descansaba tanto últimamente. Decidí confrontarlo:

-Hijo tienes un problema
-Chinga tu madre
-No puedes beber tanto y estar tan campante
-Como chingados no.
-No, no puedes por que en algún momento le harás daño a tus seres queridos, dejaras de ser productivo para la sociedad, te sentirás mal contigo mismo, caerás en un espiral interminable de... El pinche perro se había largado, no sin antes llevarse una botella de alcohol del botiquín.
No paso mucho antes de los problemas.
En un arranque de ira el perro se mordió a si mismo la cabeza, estaba tan adormecido por quien sabe que oprobio que siguió masticando sin tomar en cuenta el charco de sangre bajo las patas, para cuando comenzó a aullar se había devorado un tercio del cerebro,

- Oye zenova... creo que la cague.

Fueron las ultimas palabras antes de caer en un profundo coma.
Despertó a los 3 días en un hospital publico para perros con problemas de adicciones.
Recuerdo con mucha tristeza lo que dijo al despertar y verme al pie de la cama.

Camarada, mientras pierdes el tiempo ahí parado la cosecha de arroz esta secándose, la tierra siendo explotada y las masas cayendo en la opresión.
Que chingados?- dije.
Los ideales de la revolución deben ser emplazados por el proletariado, hasta que podamos tomar Petrogrado, ¡Социалистическая революция товарищ.!

El maldito perro se había transformado en socialista. Todo estaba acabado para el como agresor acerrimo de los gatos. Pero era mi comparsa y uno tolera a sus comparsas sin importar que tan socialistas sean.
Lamente mucho cuando el muy culero entablo relaciones amistosas con los gatos acechadores, antes de que me diera cuenta estaban en la sala discutiendo losa métodos de la revolución, Para cuando cumplió dos mese de socialista tenia un pacto armamentista con los gatos y juntos nacionalizaron el cuarto de la azotea, formaron un estado conjunto bautizándolo como República Cuadrupeda. Cerraron la frontera con las escaleras con un gran muro, hecho de hueso de pollo y chicles callejeros y se declararon libres e independientes. Perdí a mi comparsa, gane una situación hostil con la Republica Cuadrupeda y ahora todos los lunes oigo las trompetas de su himno nacional y por las noches sus cantos embriagados de revolución.
Como sea nunca le doy mucho optimismo a su independencia, ya verán cuando llegue el invierno y tengan que pedirme asilo político. Ademas las palomas que pululan los postes de electricidad creen en el libre mercado y estoy seguro pronto organizaran una respuesta contundente frente a esa pequeña utopía, son frágiles pero son un chingo.

ze

1 comentario:

Yazmín dijo...

Soy tu fan Zenova!!!!
Mi admiración te la lleva el Dr. Malavibra